CC
http://es.wikipedia.org/wiki/Serendipia
Serendipity (Señales de Amor?) es una película estrenada en el año 2001 y protagonizada por John Cusack y Kate Beckinsale. Fue escrita por Marc Klein y dirigida por Peter Chelsom.
El paraíso en el Islam, no es igual que el Paraíso en el cristianismo. Mientras que éste último es gozar de la presencia de Dios, el paraíso en el Islam es un paraíso de goce sexual. La descripción del paraíso ocupa en el Corán más de 300 versículos. … El paraíso es un lugar donde satisfacer el deseo de los placeres. Garantiza una sexualidad post-mortem: el orgasmo dura 80 años. La excitación en cada coito es tan intensa, que si la experimentara un mortal se desmayaría en el acto. El paraíso está rodeado de sensualidad, se come a voluntad sin digestión de defecación. http://literaturaarabe.blogspot.com/2010/03/el-paraiso-en-el-islam.html
El término chiripa, mucho más utilizado en lenguaje coloquial, podría considerarse también como un sinónimo de serendipia, si bien se tiene como un modismo de uso no general en el mundo hispanoparlante, se usa con una connotación más bien festiva y se refiere comúnmente a casualidades o eventos fortuitos en la vida cotidiana, incluso a hechos intrascendentes.
Ejemplos de chiripas o serendipias en ciencia y tecnología http://es.wikipedia.org/wiki/Serendipia
Existe un grupo de gentes denominados los Sufíes. Se dan cuatro interpretaciones para este nombre. Algunos, mirando a su exterior, observan que usan toscas vestimentas de lana. En Arabe, la palabra lana es `suf, y por esto les llaman Sufíes.
Otros, advirtiendo su modo de vida, libre de las ansiedades de este mundo y su quietud y paz, que en Arabe es `saf , les denominan Sufíes por ese motivo.
Otros aún penetrando más profundamente, perciben sus corazones depurados de todas las cosas que no sean la Esencia de Allah. Debido a la pureza de esos corazones – en Arabe `suf – éstos últimos les colocan el rótulo de Sufíes.
Por último otros que saben, los designan Sufíes porque están cercanos a Allah y se los verá de pié en primera fila – en Arabe `saff – delante de Allah, en el día del Juicio Final.
Hay también cuatro reinos, cuatro mundos. El primero es el mundo de la materia, de la tierra, el agua, el fuego y el éter. El segundo es el mundo de los seres espirituales, de los ángeles, de los jinns y de los sueños y la muerte, de las recompensas de Allah – de los ocho paraísos, y de la justicia de Allah – los siete infiernos. El tercero es el mundo de la Palabra, el de los Bellos Nombres de los atributos de Allah, y de la Tabla Oculta, que es la fuente de todos los mensajes de Allah. El cuarto es el reino de la pura Esencia de Allah, un reino indescriptible porque a ese nivel no existen palabras, ni nombres, ni atributos, ni similitudes. Nadie, excepto Allah, lo conoce.
El conocimiento es igualmente de cuatro clases. El primero es el conocimiento de los preceptos de Allah, y concierne a los aspectos exteriores de la vida en este mundo. El segundo es el conocimiento místico, la sabiduría interna de las causas y los efectos. El tercero es el conocimiento del espíritu, el auto-conocimiento, y a través de él, el conocimiento de lo divino. Finalmente se llega al conocimiento de la verdad.
Las almas son, también de cuatro clases: el alma material, el alma iluminada, el alma-sultana, y el alma divina.
Las apariencias, las manifestaciones del Creador, son también de cuatro clases. La primera es la manifestación en las formas, figuras y colores, como si fuese Su obra de arte. La segunda manifestación es en las acciones e interacciones, en las cosas que ocurren. La tercera es Su manifestación en atributos, cualidades, y el carácter de las cosas. Finalmente está la manifestación de Su Esencia.
El intelecto, o poder razonador, es también de cuatro clases: la inteligencia que encara los asuntos mundanos de esta vida; la inteligencia que considera y piensa en el más allá ; la inteligencia del alma, o sabiduría espiritual; y finalmente, la Mente Causal total.
Los temas recién analizados, son también, cuatro: las cuatro clases de conocimiento, las cuatro almas, las cuatro clases de manifestación y los cuatro intelectos. Algunos hombres permanecen en el nivel inicial del conocimiento, del alma, de la manifestación y del intelecto. Ellos son los habitantes del primer paraíso llamado `el paraíso de la seguridad del hogar, es decir el paraíso terrestre. Aquellos que están en el segundo nivel del conocimiento, del alma, de la manifestación y del intelecto, pertenecen a un nivel más alto del Paraíso, el jardín del deleite de la gracia de Allah sobre Sus criaturas; este es el paraíso que se halla dentro del reino de los ángeles. Aquellos de entre los hombres que han alcanzado el tercer nivel del conocimiento, del alma, de la manifestación y de la sabiduría, se encuentran en el tercer nivel del Paraíso, el paraíso celeste, el paraíso de los Nombres y de los atributos divinos, en el reino de la unidad.
Pero aquellos que anhelan y se apegan a sí mismos a las recompensas de Allah, aún si están en el Paraíso, no pueden ver la verdadera realidad dentro de ellos mismos ni dentro de las cosas que les rodean. Aquellos hombres de sabiduría que buscan la verdad, aquellos que han logrado el auténtico estado del derviche, el estado de total necesidad – no la necesidad de alguna cosa sino de Allah, la necesidad de Allah solamente – dejan todo y no desean nada más que la verdad. Ellos encuentran aquello que persiguen y entran en el reino de la verdad, el reino que est más cercano de Allah, y no viven para nada, excepto para la Esencia de Allah.
Estos últimos se adhieren a la divina orden, `Toma refugio en Allah, y siguen el consejo del Profeta (Que la Paz y las Bendiciones de Allah sean con él), `Tanto este mundo como el del más allá son ilícitos para el que busca a Allah. Nuestro Maestro (Que la Paz y las Bendiciones de Allah sean con él), no está significando que el mundo y el más allá sean ilegítimos. El expresa que aquellos que desean y buscan la Esencia de Allah, privan a su carne y a sus egos de sus necesidades, amores y demandas por el mundo y lo mundano. Los buscadores de la verdad razonan de esta manera: este mundo es un ser creado; nosotros somos también, seres creados. Ambos estamos en necesidad de un Creador, de un Dueño. Cómo podría alguien que está precisado de algo, pedir aquello que necesita a otro que se encuentra igualmente en necesidad? Qué camino existe para un ser creado que no sea la búsqueda de su Creador?
Allah dice a través de los labios de Su amado Profeta (Que la Paz y las Bendiciones de Allah sean con él): `Mi amor, Mi existencia es el amor de ellos por Mí
Nuestro Maestro el Profeta (Que la Paz y las Bendiciones de Allah sean con él) dice: `Mi estado de absoluta necesidad, mi pobreza, es mi orgullo. La completa necesidad y el amor de Allah son la base de la búsqueda del derviche. El estado de pobreza que es el orgullo de nuestro Maestro (Que la Paz y las Bendiciones de Allah sean con él), no consiste en la pobreza por la falta de lo mundano. Es el abandono de todas las cosas, salvo el deseo por la Esencia de Allah. Es el desprenderse de todos los bienes – no solamente aquellos de este mundo, sino también aquellos que se encuentran prometidos para el más allá – y de esta forma hallarse en total necesidad de presentarse a uno mismo a nuestro Señor.
Este es un estado al que se llega al llevarse a uno mismo a la nada, al desaparecer en la Esencia de Allah. Es vaciar a nuestro ser de todas las cosas que le son propias y arrojar a todo fuera de nuestro corazón, excepto a Su amor. Entonces ese corazón se hace merecedor de recibir la promesa de Allah, `Yo no quepo dentro de Mis cielos ni dentro de Mis tierras, pero quepo dentro del corazón de Mi fiel servidor.
El fiel servidor es el que excluye de su corazón todo lo que no sea al Uno. Cuando un corazón es purificado así, Allah lo agranda y se coloca a Sí Mismo dentro de él. Hadrat Bayazid al-Bistami, quiera Allah santificar su secreto, describe la grandeza de este corazón al decir: `Si todo lo que existe dentro y alrededor del Trono de Allah, esa vastedad de todas las creaciones de Allah, fuesen colocadas en un rincón del corazón del hombre perfecto, éste ni siquiera percibiría el peso de todo ello.
Así como éstos son los amados de Allah. Ámelos y permanezca a su alrededor, porque aquellos que verdaderamente aman, estarán con sus amados en el más allá . El signo de este amor es buscar su compañía, desear escuchar sus palabras, y con el verlos y el oír sus palabras, percibir el anhelo por Allah El Más Elevado.
Allah, hablando a través de los labios de Su Profeta (Que la Paz y las Bendiciones de Allah sean con él), dice: `Yo siento el anhelo de los fieles, de los justos, de los verdaderos servidores, por Mí, y Yo también aspiro por ellos.
Los amantes de Allah aparecen diferentes de otros, y sus acciones difieren de las de otros. Al comienzo, cuando son novicios, sus acciones aparecen equilibradas entre lo bueno y lo malo. Cuando son avanzados y alcanzan el nivel del medio, sus acciones están plenas de bondad. En todos los casos el bien que viene a través de ellos no está solamente en que sigan los preceptos de Allah y de la religión, sino en acciones que contienen beatitud y brillan con la luz del significado dentro de las apariencias.
Es como si estuviesen vestidos con telas de luz coloreada que se genera desde ellos de acuerdo con sus niveles.
A medida que sobrepujan a sus egos y a la tiranía de los bajos deseos de su carne con la bendición de la divina frase la illaha illa Llah – no existe dios sino Allah – y alcanzan el nivel de los seres capaces de discriminar entre el bien y el mal, condenan el mal dentro de sí mismos y desean el bien. Entonces, una luz azul celeste-cielo emana desde ellos.
Cuando, mediante la bendición proveniente desde el Nombre de Allah, ese Nombre que ningún otro que no sea la Verdad puede describir, ellos alcanzan el nivel que otorga estar limpio de todos los atributos dañinos y de todas las malas acciones, y encuentran un estado de paz y de serenidad. Entonces una luz verde emana desde ellos.
Cuando todo lo que sea su ego y deseos, cuando todo lo que contenga una brizna de voluntad personal es abandonado atrás, con la bendición de Haqq , la Verdad, y cuando entregan sus voluntades a la voluntad de Allah y se complacen con todo cuanto proviene de Allah, su color se torna el de la luz blanca.
Estas son las descripciones de los derviches desde su noviciado al comienzo del sendero hasta que llegan a una etapa intermedia. Pero el que alcanza los límites de este sendero no posee ni forma, ni contorno, ni color. Se transforma para asimilarse a un rayo de sol. La luz del sol carece de color. Su luz no se asemeja a ningún color. El derviche que ha arribado al más alto nivel carece del ser que refleje luz o color. Si alguno tuviese, su color sería el negro, que absorbe toda la luz. Este es el signo del estado de aniquilación.
Para quienes le contemplan, esta apariencia obscura y falta de color se convierte en un velo que cubre la luz de la sabiduría que él posee, exactamente como la noche es un velo que tapa la luz del sol. Allah dice que El
`hizo la noche como una cobertura, e hizo el día como un medio de subsistencia.
(Sura Al-Naba, 78:10/11)
Hay un signo en este versículo, para quienes han alcanzado la esencia de la mente y del conocimiento.
Aquellas personas que han llegado cerca de la verdad en la vida de este mundo, se sienten como si estuviesen prisioneras dentro de una mazmorra obscura. Pasan su vida en dolor y sufrimiento. Soportan grandes aflicciones y las presiones de las circunstancias, en un mundo de obscuridad total. El Profeta (Que la Paz y las Bendiciones de Allah sean con él), dice: `Este mundo es un calabozo para el fiel.
Como él señala, las calamidades caen primeramente sobre los profetas, luego sobre aquellos que se hallan más cerca de Allah, después y en orden descendente, sobre quienes se encuentran intentando acercarse a El. Consecuentemente es apropiado para el derviche, vestirse de negro y anudar el turbante negro alrededor de su cabeza, ya que es la vestidura de quien está preparado para sufrir los dolores de este sendero.
En realidad, el negro sería la vestimenta específica para aquellos a los que les cabría el dolor de haber enajenado su humanidad y sus posibilidades. Muchos hombres, descuidadamente pierden ese gran don, de ser conscientes, de ser capaces de contemplar la verdad, que corresponde solamente a la humanidad, anulando así con sus propias manos las posibilidades de su vida eterna.
Extinguiendo en sus corazones, su natural apetencia por el amor divino, separándose a sí mismos del espíritu santo, extravían la posibilidad de regresar al origen, a la causa. Aunque ellos no lo saben, son realmente los que sufren la más grande de las calamidades. Si fuesen conscientes que han perdido todos los beneficios del más allá, la vida eterna, ciertamente vestirían las ropas del dolor. Una viuda que ha perdido a su esposo, lo llora durante cuatro meses y diez días. Este es el luto por la pérdida de aquello que pertenece a este mundo. El luto por aquél que ha perdido el bien de la vida eterna, debiera ser eterno.
Nuestro Maestro el Profeta (Que la Paz y las Bendiciones de Allah sean con él), dice: `Aquellos que son sinceros, están siempre al borde de un gran peligro. Qué bien se aplica esta descripción al que ha de caminar en puntas de pié y con el mayor de los cuidados! Pero esta es la condición del derviche que ha abandonado su ser y se encuentra dentro del reino de la aniquilación. Su pobreza de este mundo, que él ha dejado atrás y su necesidad total por Allah, son inmedibles, y se destaca como la gran belleza que es, arriba y por encima de la clase de los humanos.
Nuestro Maestro (Que la Paz y las Bendiciones de Allah sean con él), dice: `La pobreza es una cara ennegrecida en ambos mundos. El está significando que el que ha elegido deliberadamente ser pobre en esta tierra, desapareciendo para este mundo, no refleja ninguno de los colores mundanales, sino que absorbe únicamente la luz de la verdad divina. La obscuridad de su cara es como una peca que realza aún más su belleza.
Aquellos que han llegado a la vista de la Verdad, después de haber contemplado Su belleza, no sienten ya deseos de ver nada, que no sea El. No pueden contemplar con amor y deseo a ninguna otra entidad. Para ellos, Allah se ha convertido en lo único amado, el Unico Ser que existe. Ese es su estado en ambos mundos. Ese es su único propósito. Finalmente, ellos se han convertido en Hombres, y Allah ha creado al Hombre, a fin de que le conozca a El, con el propósito de que alcance Su Esencia.
Es adecuado para todos los hombres buscar y conocer la razón para su creación, sentir el significado de esta razón, y los deberes que les han sido adjudicados en este mundo y en el más allá. De este modo no desperdiciarán aquí su vida en vano, así no se lamentarán para siempre en el más allá – envueltos, ahogados, en el anhelo del que tomar finalmente consciencia, en remordimiento eterno
http://www.webislam.com/articulos/62642-los_derviches.html